viernes, 27 de julio de 2012

ARTESANÍA ONLINE, TRADICIÓN Y MODERNIDAD



Hace ya unos meses que los mercadillos artesanales de verano iniciaron su actividad por las diferentes poblaciones del país, alegrando nuestros días estivales con sus creativos y singulares artículos. Lo que ofrecen es, como siempre, productos exclusivos de primera calidad, pero los nuevos tiempos han impuesto nuevas formas de comunicación cuyas ventajas pueden ser muy útiles para todos, artesanos y consumidores.

Los cambios que las nuevas tecnologías han introducido en nuestra sociedad se manifiestan en el modo en que nos relacionamos con los demás y con nuestro entorno, de manera que nuestros hábitos tradicionales, incluidos los de compra, se han visto modificados en los últimos tiempos. Ahora es frecuente realizar determinadas compras por Internet, aunque los datos más recientes muestran que sólo la mitad de los usuarios españoles adquiere productos de forma online, lo que revela que los consumidores de nuestro país no acaban de fiarse. Y los motivos que frenan las compras en la red son principalmente dos: la falta de confianza o sensación de inseguridad que aún provoca la red, y la preferencia por adquirir los artículos en tiendas físicas que permiten al comprador ver y tocar los productos antes de pagar. 

Si tenemos la oportunidad, y ahora que las vacaciones y el buen tiempo acompañan, una experiencia muy agradable es disfrutar de un paseo relajado por las calles que alguno de los tradicionales mercadillos veraniegos llenan de alegría y color. De primera mano podremos conocer las excelencias de los artículos expuestos, aprovechando las ventajas impagables que ofrece el contacto directo con el vendedor. El consejo más oportuno, la respuesta inmediata, y la sensación insustituible que cada objeto provoca en nuestros sentidos. 

A la hora de efectuar nuestras compras, la actitud inteligente que se impone, una vez más, es lograr la mejor calidad-precio sin que la búsqueda del objeto deseado suponga una pérdida de tiempo. Aquí reside la gran ventaja del escaparate global que es Internet, un abanico de posibilidades abierto las 24 horas del día. Además, las redes sociales impulsan las compras de numerosos usuarios, que se dejan guiar por las experiencias y opiniones de otros consumidores. Antiguamente, las decisiones de compra se hallaban influidas directamente por familiares y amigos, pero hoy en día el comportamiento del consumidor ha cambiado, y el éxito de ventas de un artículo está directamente relacionado con su reputación en las redes. Ésta es una tendencia internacional, cada vez son más los que adquieren un producto porque a sus amigos les gusta. Así lo confirma un reciente informe: el 22% de los consumidores de veinticuatro países declaran haber comprado productos porque un amigo seguía la marca en las redes sociales.

Resulta pues imprescindible en nuestras vidas combinar las ventajas que ofrecen tradición y modernidad.

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